Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular

PANDEMIA Y ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR

Por Dr.Víctor Rossel Mariángel. Cardiólogo, Presidente de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular.

Los efectos de la pandemia por SARS-COV2 sobre la enfermedad cardiovascular han sido visualizados en diferentes ámbitos.


En primer lugar, hemos visto los efectos directos del virus sobre el corazón y los vasos sanguíneos, con aparición de complicaciones agudas en el curso de la enfermedad, cuyas secuelas pueden determinar enfermedad cardiovascular crónica. Por otro lado, nos ha tocado atender complicaciones o descompensaciones más severas en pacientes con enfermedad cardiovascular aguda o crónica, secundarias, entre otros factores, a consultas tardías a los servicios de urgencia.


En segundo lugar, el estado de confinamiento que ha determinado la pandemia durante largos períodos de tiempo, el teletrabajo, las restricciones de movilidad, han implicado menor actividad física, alimentación poco saludable y proyecciones de aumento del sobrepeso y obesidad que pueden incidir en la aparición futura de patología cardiovascular. Los últimos datos de la Encuesta Nacional de Salud, aplicada en los años 2016-2017, ya nos mostraban altos índices de sedentarismo, sobrepeso y obesidad.


Por último, la pandemia hizo necesario postergar muchos controles y la ejecución de procedimientos e intervenciones en el área cardiovascular, lo que obviamente representará un nuevo y enorme desafío para nuestro sistema de salud y otros actores involucrados, entre ellos, el aporte desde las Sociedades Científicas.


La Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular y su Fundación reafirman que la prevención de la enfermedad cardiovascular es el pilar fundamental y la estrategia más costo-efectiva para prevenir el desarrollo de estas patologías en nuestro país y en el mundo, y así lo hacemos ver en nuestra nueva campaña del Mes del Corazón, la que se está llevando a cabo a través de medios audiovisuales y redes sociales (@sochicar_news), enviando sucesivos mensajes sobre la importancia del diagnóstico oportuno y el tratamiento precoz de los factores de riesgo para prevenir la aparición de éstas y otras enfermedades que han cobrado importancia significativa en los últimos años, tales como la enfermedad cardiovascular en la mujer, la fibrilación auricular y la insuficiencia cardíaca.


En el caso de la enfermedad cardiovascular en la mujer, existe escasez de datos sobre la prevalencia y sus resultados, sin embargo, sabemos que, el infarto agudo de miocardio y la enfermedad cardiovascular están aumentando en las mujeres jóvenes y que, entre los factores de riesgo, la hipertensión arterial, la dislipidemia y la diabetes mellitus son los contribuyentes más importantes a su aparición.


A propósito de la pandemia, para el siglo en curso han sido descritas otras dos pandemias en el área cardiovascular: la fibrilación auricular y la insuficiencia cardíaca, ambas patologías con una prevalencia promedio en la población general de alrededor de 1% y 2.5%, respectivamente, pero que incrementa significativamente con la edad, llegando a cifras superiores a 10% en mayores de 70 años.


La fibrilación auricular es la arritmia cardíaca sostenida más frecuente en la población adulta, se asocia a otras comorbilidades como hipertensión, dislipidemia y obesidad. Aumenta el riesgo de mortalidad y accidente cerebrovascular.


La insuficiencia cardíaca es un estadio más avanzado de la enfermedad cardiovascular. Sus causas más frecuentes son la hipertensión arterial y la enfermedad coronaria. La Organización Mundial de la Salud la considera dentro de las 5 principales causas de muerte en los adultos.


Otro punto de vista que pone en evidencia la relevancia que tienen estas enfermedades es el alto costo que implican para los sistemas de salud, principalmente en términos de hospitalizaciones y rehospitalizaciones y, por último, pero no menos relevante, es la importancia que exhiben en términos de deterioro de calidad de vida y discapacidad en las personas que las padecen.


En este escenario, tenemos arduos desafíos por delante, como tarea primordial es nuestro deber seguir trabajando en la promoción de la salud cardiovascular y los hábitos de vida saludables en todos los niveles, partiendo desde la niñez.


Dicho esto, como principio fundamental, en el caso de enfermedades ya diagnosticadas, algunas de las cuales han sido mencionadas acá, hay que continuar mejorando el acceso oportuno al diagnóstico, la optimización del tratamiento y un adecuado seguimiento, todo lo cual permitirá por un lado mejorar su evolución y por otro, las cifras de mortalidad cardiovascular en el país.